Mudéjares en La Solana

Concepción Moya y su marido Carlos Fernández-Pacheco, reconocidos investigadores campomontieleños centrados en la historia de La Solana (Historia de la parroquia de la Solana), han publicado su último trabajo de investigación, dedicado al arte mudéjar solanero: ‘Juan de Orihuela: un maestro mudéjar en La Solana’

por A. GARCÍA-CERVIGÓN (De La Tribuna de C. Real, 15-II-2008)
El Centro de Estudios Mudéjares, adscrito al Instituto de Estudios Turolenses, acaba de publicar las Actas del X Simposio Internacional de Mudejarismo celebrado en Teruel, del 14 al 16 de septiembre de 2005. En el libro se incluyen las conferencias de apertura y clausura, así como las seis ponencias y las 42 comunicaciones expuestas durante el simposio. En el mismo se incluyen estudios sobre los moriscos y el arte mudéjar de una decena de comunidades autónomas españolas, junto a otros de varias regiones sudamericanas.

Entre los trabajos que aparecen publicados en las actas, se encuentra el titulado “Juan de Orihuela: un maestro mudéjar en La Solana, realizado por Concepción Moya García y Carlos Fernández-Pacheco”, en el que se estudian las obras de un maestro de carpintería levantino, de posible origen converso, que realizó dos magníficas cubiertas mudéjares en La Solana que todavía hoy se pueden contemplar.

Los citados historiadores ofrecen algunos pormenores de su interesante trabajo. Comienzan por el arribo a la tierra del artista Juan de Orihuela, autor de las dos magnificas cubiertas mudéjares que se guardan en La Solana «la llegada de Juan de Orihuela a la localidad en unos años en los que se vivía un momento de gran esplendor económico y demográfico, que permitió la realización de las armaduras de dos edificios singulares de La Solana, la capilla de la Epístola, en la ermita de San Sebastián, declarada Monumento Histórico-Artístico; y el nuevo edificio de la Audiencia en los que se muestra la perfecta técnica de Juan de Orihuela.

capilla de la epístola.
Los historiadores conducen, a través de su trabajo, al tiempo y a la técnica empleada en la capilla de la Epístola de la ermita de San Sebastián que se empezó a construir en 1530 con las limosnas que entregaba la «buena gente» para la bula que poseía la ermita. Se trata de una capilla cuadrada, a la que se accede por un arco carpanel de cantería, abocinado y recorrido por dos finas columnillas que arrancan desde sus basas y se convierten a partir del salmer en arquivoltas. La armadura es a cuatro aguas, utilizando una técnica más avanzada que la de par y nudillo del cuerpo principal, incorporando faldones en los testeros.

Técnicamente esta armadura es más estable y complicada, aunque cuentan con la ventaja de poder realizarla en un taller, al estar formada por cuatro paños de madera de iguales dimensiones, recibiendo las aristas de encuentro de los distintos paños el nombre de limas, que en esta caso, al ser dobles se denominan moamares.
Cristina Fernández (c)

San Sebastián de la Solana. El mejor referente del arte mudéjar en el CdM.


antigua audiencia.
Tanto Concepción Moya como su esposo Carlos Fernández -Pacheco describen cómo se levantó la actual techumbre que puede contemplarse en la sala de juntas del Ayuntamiento de La Solana. El proyecto para ampliar la Plaza Mayor de La Solana es del año 1524, aunque los problemas para conseguir las autorizaciones y la financiación necesaria hará que el comienzo de las obras se retrase hasta 1530. s.»·

Al tiempo que se ampliaba la plaza, se construirá una casa de Ayuntamiento y Audiencia, haciéndose cargo de la obra de carpintería y de la supervisión de la de tapiería, realizada por alarifes, el maestro de carpintería Juan de Orihuela.

La llegada a La Solana del un maestro mudéjar de origen, experto en el arte de techumbres artesonadas y gran conocedor del arte musulmán, supuso la construcción de las dos bellas armaduras mudéjares descritas, de notables influencias murcianas, que transmiten la belleza y armonía de las granadinas, con lacerías y estrellas de ocho puntas, en un territorio que solía estar bajo la órbita del mudéjar toledano.

Estas armaduras aún se conservan, aunque la de la ermita precisa una pronta restauración. Ahora, gracias a las actas del X Simposio de Mudejarismo, gran parte del mundo conocerá su existencia.

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